BELLEZA

Belleza no es una convención ni es un consenso, y por lo tanto no es absoluto, no es un concepto rígido unido a pautas igualmente rígidas, tampoco es la sucesión mas bien lo contrario, la belleza es flexibilidad y se adapta a cada uno de nosotros, de este modo la belleza es personal y no se hereda ni comparte, es más bien un concepto egoísta, en tanto “está en los ojos de quien la observa”, no puede ser colectiva, aunque algo puede ser bello para muchos.
Nos dice Carlos Fuentes en “Belleza” que “lo feo es el cuerpo sin forma”, pero siguiendo el ejemplo del negro que es la ausencia de color y un color en si mismo, la falta de forma es también forma, en tanto es potencialmente belleza, de modo que como puede ser bella una pintura o una escultura, lo puede ser también la primera visión matutina de la silueta de la mujer amada o olores (o hedores) de los sujetos en el metro o los rayos de luz que se cuelan en un paseo por la ciudad y por tanto no se requiere cualidad especial, no se requiere ser joven y fuerte, ni cumplir los ideales estéticos de tal o cual, para ser bellas no deben ver estrellas, sino ser, vivir, pues en tanto vive, existe a los ojos o sentidos de alguien más y solo eso ya es bello, porque la belleza en definitiva es el incidir en el otro, aun cuando ese otro es uno mismo, la belleza es la conciencia del soy, ahora y para siempre.