Espacio de descarga, reflexión y blah blah blah

lunes, junio 26, 2006

MKBLL

Sabado 24 de junio, Subterraneo del Huevo en Valparaiso, 2:15 de la mañana, en medio de una noche de tributos a The Gathering y a Nightwish aparecen en el escenario 4 personas que invitan a ver el nuevo video de un grupo chileno, buen video, buen sonido, termina el video y suben al escenario 4 personas (3 hombres y 1 mujer), y empezaron a tocar, potentissimo, con una gran estetica y un sonido notable, desde hoy mi nuevo fetiche se llama Makiabella y es que este cuarteto conformado por Milton en Bajo, Roberto en Guitarra, José en batería y la guapisima Marisol como vocalista, es simplemente genial, me ví incluso consolando a la mamá de Marisol (si, estaba en el publico, primera fila, igual que yo) cuando el grupo toco la canción Sin Mas, dedicada a su Esposo muerto (el padre de Marisol), en fin, alrededor de 150 personas disfrutaron (al menos yo lo disfruté y caleta) con el solido show de Makiabella, ahora a comprar el EP y nada, comenzar a seguir a mi nuevo grupo fetiche

martes, junio 20, 2006

MMMMMMMM... UN CUENTO

Como todos los veranos ella va con sus padres a la playa, como desde hace unos cuantos veranos la despedida de su amado, entre lagrimas, promesas mutuas y la certeza del reencuentro al final del verano, pasan los días, el verano tienta a todo el mundo con su acostumbrada mercancía, las playas repletas asemejan a una vitrina de cuerpos bronceados, todos en busca de ese amor carnal que no espera compromisos, pero ellos son distintos, ella lo ama a pesar de la momentánea distancia, él solo tiene cabeza para pensar en ella.
Podrían estar juntos ahora, ambos tendidos en la arena, construyendo castillos en la arena, besándose entre las olas, pero el mundo laboral es frío, rígido, no tiene sentimientos por eso no entiende a los enamorados y por ende él esta atrapado en una claustrofóbica oficina rodeado de papeles burócratas.
Pasan los días y ellos cuentan cada uno de los que faltan para su encuentro, mientras tanto solo el ciberespacio y las gélidas líneas telefónicas son su única conexión, saben que no es lo mejor, pero al menos pueden oír sus voces lejanas.
Ella, tumbada en la arena, le envía un mensaje de texto con una flor digital, él, camino al trabajo, lee el mensaje, siente como su alma vuela, ¿que mas podría pedir? Esta seguro del amor que han consolidado.
Pero las noches del verano tienen algo especial, quizás es el aire tibio de la costa lo que invita a salir, o quizás solo para matar el tiempo va junto a sus amigas de infancia a una disco, mientras él, tirado en su cama a cientos de kilómetros de ahí, piensa en todos los momentos juntos y sonríe, ella lo extraña, se siente sola, el alcohol es la compañía mas cercana y no es de las mejores, ella lo sabe, pero lo necesita, un trago, dos, al rato pierde la cuenta, ¿Qué importa?, al menos ya se siente contenta, de pronto se da cuenta que baila con un argentino y le besa la boca, al otro día despierta con él…
Huye de la vista del desconocido y se refugia en las calles vacías de la mañana, el arrepentimiento arremete, la ira, de pronto el teléfono, su amor, aquel que esta tan lejos le da buenas noticias, pudo convencer a la bestia de la oficina grande y pasaran el fin del verano juntos, abrazados en la arena… él no puede verlo, pero las lagrimas inundan los ojos grises al otro lado de la línea, su voz no la delata.
Se reúnen, se abrazan, se besan, él es incapaz de ver la culpa y la vergüenza en sus ojos, ella esquiva su mirada y no responde cuando él le pregunta si lo ha pasado bien los días anteriores, un segundo después ella esta tan radiante y feliz como siempre, sabe que no hay forma que él se entere de su traición, en unos días el verano se habrá ido, y con él la sombra de los secretos que arrastra, no quedara rastro en su piel de ningún argentino, ni sueco, ni húngaro, ni la nacionalidad que fuese, todo se entierra en la memoria para siempre, y es que el amor es plástico, generoso, flexible, lo suficiente como para ayudar a ocultar las huellas de la victoria obtenida por el verano, que ataca con sus cuerpos bronceados y su amor carnal… ese que no exige compromiso.