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Erase una vez un tipo que solía ser un completo perdedor, él a pesar de esto, o mas bien a causa de esto, vivía tranquilo, las derrotas se sufren mas cuando se está acostumbrado a ganar, este sujeto un buen dia vió como su mundo completo comenzo a cambiar, toda la mierda acumulada se comenzó a diluir, le fue bien en la universidad, concreto sus pseudo-proyectos, incluso conoció a ese ser cuasi milagroso que le ayudo a sentirse en paz consigo mismo.
En ese momento el tipo dejo de ser ese patético perdedor, entonces vino el miedo, miedo a que la universidad empezara a caer nuevamente, miedo a que sus proyectos de juguete se derrumbaran, miedo de todo.
Un día, despues de algunas noches en que no pudo dormir, el sujeto en cuestión decidió no tener miedo, despues de todo lo peor que podía pasar era volver al casi cataléptico estado en que se hallo sumergido su vida anterior, por lo tanto, si ya lo había vivido, podía soportarlo otra vez, pero no se iba a rendir, iba a poner todo de su parte y más, para que la felicidad recien encontrada fuese duradera